Dos locos vienen caminando por aceras distintas, y se encuentran y establecen el siguiente diálogo:
Hermano, ¿qué día es hoy?
Dos y tres cuartos.
¡Ah! ¡Me pasé dos cuadras!
Hermano, ¿qué día es hoy?
Dos y tres cuartos.
¡Ah! ¡Me pasé dos cuadras!
En un manicomio dos locos planeaban escaparse. Para lograrlo tenían que volarse por 100 puertas de 10 pies. El encargado de mantenimiento había dejado la escalera por error y los locos la escondieron y en la noche procedieron a fugarse.
Comenzaron pasando la primera, luego la segunda, la tercera, la cuarta, la 98, la 99 y se detienen cansados y uno le dice al otro:
Estoy agotado y no puedo más vamos a devolvernos.
Y ambos de acuerdo, se devolvieron.
Comenzaron pasando la primera, luego la segunda, la tercera, la cuarta, la 98, la 99 y se detienen cansados y uno le dice al otro:
Estoy agotado y no puedo más vamos a devolvernos.
Y ambos de acuerdo, se devolvieron.
En un manicomio estaban reunidos dos locos uno le dice al otro:
Oye compadre, nos deberíamos fugar de este lugar y ya tengo un plan elaborado.
Al rato, los dos locos salen con sus maletas al patio trasero del manicomio y comienzan a empujar el muro, cuando estos estaban empujando pasó un tercer loco y dice:
¿Les llevo las maletas?
A los minutos después le dice uno al otro:
Mire compadre, ya deje de estar empujando que ya ni las maletas miro.
Oye compadre, nos deberíamos fugar de este lugar y ya tengo un plan elaborado.
Al rato, los dos locos salen con sus maletas al patio trasero del manicomio y comienzan a empujar el muro, cuando estos estaban empujando pasó un tercer loco y dice:
¿Les llevo las maletas?
A los minutos después le dice uno al otro:
Mire compadre, ya deje de estar empujando que ya ni las maletas miro.
Una vez entra un loco a una ferretería y le dice al dependiente:
Deme una libra de tabla.
El dependiente, sabiendo que las tablas se venden por pies o yardas se dice a si mismo, este quiere tomarme el pelo o cree que soy estúpido, pero le voy a seguir la corriente al loco este.
Seguido le dice el dependiente al loco:
Una libra de tabla, ¿Ah? ¿Se la pinto o se la envuelvo?
A lo que el loco le contesta:
¡No, démela así, me la voy a comer aquí mismo!
Deme una libra de tabla.
El dependiente, sabiendo que las tablas se venden por pies o yardas se dice a si mismo, este quiere tomarme el pelo o cree que soy estúpido, pero le voy a seguir la corriente al loco este.
Seguido le dice el dependiente al loco:
Una libra de tabla, ¿Ah? ¿Se la pinto o se la envuelvo?
A lo que el loco le contesta:
¡No, démela así, me la voy a comer aquí mismo!
En un manicomio en el que una banda de puros locos se suben a una mata de mango que está en el patio trasero, y el psiquiatra de guardia no hallaba qué hacer para bajarlos de ese árbol sin que se lastimaran. En una de esas llega uno de los locos y le dice al doctor:
Ya va a ver como los hago bajar, y le demuestro quién de ellos es mentalmente sano.
Y el médico maravillado y asombrado le dice al loco:
Está bien, hazlo.
Y el loco se para al lado de la mata de mangos y grita:
¿Qué les pasa a los mangos maduros que no caen?
Y en eso se tiran una chorrera de locos y se desmadran con tal caída. Pero en el árbol quedan dos locos, y el loco que estaba abajo le dice al médico:
vio, vio, que no es mentira lo que yo le digo, ellos son sanos.
Y el médico al ver esta situación le pregunta a los locos desde abajo:
¿Y esos que no se lanzaron?
Y los locos trepados contestan:
Lo que pasa es que todavía no estamos maduros.
Ya va a ver como los hago bajar, y le demuestro quién de ellos es mentalmente sano.
Y el médico maravillado y asombrado le dice al loco:
Está bien, hazlo.
Y el loco se para al lado de la mata de mangos y grita:
¿Qué les pasa a los mangos maduros que no caen?
Y en eso se tiran una chorrera de locos y se desmadran con tal caída. Pero en el árbol quedan dos locos, y el loco que estaba abajo le dice al médico:
vio, vio, que no es mentira lo que yo le digo, ellos son sanos.
Y el médico al ver esta situación le pregunta a los locos desde abajo:
¿Y esos que no se lanzaron?
Y los locos trepados contestan:
Lo que pasa es que todavía no estamos maduros.
Una vez estaba el director de la clínica de locos recorriendo el establecimiento, en eso llega un loco que le pasa un martillo y un clavo, el director asombrado le dice:
¿Para qué me pasa este martillo?
El loco lo queda mirando y le dice:
Para entablillar una conversación.
¿Para qué me pasa este martillo?
El loco lo queda mirando y le dice:
Para entablillar una conversación.
Hola, ¿es el 927 25 43 22? No, lo siento, aquí no tenemos telefono.
Ah vale, es que yo llamaba desde un sifon...
Ah vale, es que yo llamaba desde un sifon...
En un viaje aéreo transportando una partida de locos de un manicomio a otro, estos empiezan un juego de fútbol y empiezan a corretear todos juntos de un extremo y de un lado a otro, dentro del avión. El piloto, viéndose en apuros para controlar el avión por la falta de equilibrio en la distribución del peso de los locos, desde la cabina de mando, automáticamente abrió la puerta principal y por el micrófono les dijo:
¡Hey!, muchachos, ¡Váyanse a jugar al patio que hay más espacio!
¡Hey!, muchachos, ¡Váyanse a jugar al patio que hay más espacio!
Pasaba un médico realizando la ronda dentro del manicomio, revisando que todos los locos estuvieran bien, pero siempre que pasaba por uno de los cuartos encontraba a un loco con la oreja pegada a la pared, al otro día volvió y pasó, y lo mismo, el mismo loco con la oreja pegada a la pared, y así sucedió durante varios días, hasta que un día, el médico entró a la habitación y le preguntó al loco qué era lo que estaba haciendo, pero el loco no le contestó nada, entonces se colocó donde estaba el loco y colocó la oreja en la pared durante varios minutos, y le dice al loco:
Pero es que no se escucha nada.
Y el loco le dice:
¡Y así es siempre!
Pero es que no se escucha nada.
Y el loco le dice:
¡Y así es siempre!
Estaba un señor carcajeándose pero carcajeándose a carcajadas y le dice una señora:
Oiga pos, ¿qué tiene usted?
Y el señor le responde:
Es que me estaba contando chistes y éste no me lo sabía.
Oiga pos, ¿qué tiene usted?
Y el señor le responde:
Es que me estaba contando chistes y éste no me lo sabía.
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